lunes, 7 de mayo de 2012

Confusión en mi corazón.



Mientras que mi mejor amigo, James revolvía la deliciosa comida que estaba preparando, yo me encontraba sentada pensando en ir al correo a colocar la carta que le había escrito a ÉL, a Logan.
-¿Estás bien?-Exclamó James, al ver mi cara.
-Exelente-Articulé en pocas palabras, forzando una sonrisa en mi rostro. Él se acercó a mi.
-No se que es más lamentable, que trates de engañarme a mi o que tu misma te trates de engañar-Dijo, con soberbia.
-¡JAMES! Ya basta, me siento bien, en serio-Mentí-Solo que… Moriré-Deleité hipoteticamente.
-Pero, si no te dejas ayudar… ¿De que te quejas mujer?-Lo miré confundida, él se encontraba a poca distancia de mi.
Sentí su respiración sobre mis labios, miré los suyos y noté como se curvaban demostrando una pequeña sonrisa. Él se acercó lo suficiente a mi, recitando un “Dejame ayudarte” entre dientes. Mi corazón comenzó a palpitar a mil por hora. James acarició mi cintura suavemente y me llevó hacia su cuerpo. Sentí su respiración en el cuello ahora, cerré fuertemente mis ojos. Él movia sus manos acariciando todo mi cuerpo, luego me besó fuertemente. Fue un beso lleno de sentimientos, no sabía en que pensar. Lo detuve pese a que tenía la necesidad de respirar, como cualquier otro ser humano común. Los dos estabamos agitados, él me dio un corto beso y me miró a los ojos. Metió sus manos bajo mi playera.
-James…-Lo interrumpí, me alejé de él. Tomé el sobre que contenía la carta para Logan y salí de la casa sin darle oportunidad a decír algo, no quería oir nada en ese momento. Subí a mi humilde auto, golpeé el volante con rencor y pensé, ¿Qué demonios estoy haciendo?. Arranqué el motor y pude ver a James salir de la casa.
-¿A dónde vas?-Gritó desconcertado.
Pisé el acelerador y me dirigí hacia el correo. El camino estaba algo oscuro, prendí mis luces. Después de dejar el sobre allí, me estacioné un momento a pensar. Pasaron unos 20 minutos, decidí que ya era hora de volver. James debía estar algo preocupado por mí. Comenzó a caer una pequeña llovisna de verano, maldije por eso. No me gustaba conducir cuando llovía. Traté de ir con cuidado pero el camino se hacia difícil, de pronto ví una gran centella frente a mi, tan grande que tuve que cerrar mis ojos porque verlas producia dolor.

2 comentarios:

  1. No puedo seguirte porque no tienes el gadget de seguidores :(
    Me gusta muucho tu blog!!

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    1. Mi primer comentario :O Jaja
      Me alegro que te guste, gracias :)
      Creo que ahí lo acomode, gracias por avisarme !
      Saludos!

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